viernes, 5 de octubre de 2012


Huautla… ¿Qué se siente estar en Huautla?

Es una experiencia que el equipo de Foco vivimos recientemente, y es que en un solo fin de semana, se puede disfrutar de tanta naturaleza, y será un pequeño viaje que relajara.

La travesía comenzó a las 3:30 pm el pasado viernes 21 de septiembre, tomamos el AU y, durante el camino, vimos la neblina, que nos acompañaba durante el largo camino. Llegamos a Huautla de Jiménez, Oaxaca a las 8:00 pm del mismo día, como ya era tarde para comenzar nuestras actividades, y aparte estábamos cansados por el viaje que tuvimos, quisimos ir a descansar, para que al otro día tuviéramos más energías de ir a explorar todos esos lugares maravillosos, que muchos no teníamos la oportunidad de conocer.

Nos quedamos en casa de una familia nativa del lugar, que por cierto fueron muy amables con nosotros, y sus precios son muy económicos, además de que nos hicieron sentir como en casa. Después de instalarnos, tomamos un exquisito café tradicional ya que el frío nos hacía temblar, y finalmente nos retiramos a descansar para estar listos al día siguiente. Como en Huautla no tienen horario de verano-invierno, salimos a las 6:30 de la mañana, lo que para nosotros serían las 5:30, y a pesar del frío que hacía, porque era temprano; no nos impidió salir a disfrutar del espectacular panorama, y de lo que íbamos a recorrer.

Tomamos un taxi que nos llevó al borde del Cerro de la Adoración, y para subir tuvimos que hacerlo a pie, y a pesar de que el suelo era inseguro (parecía barro fresco), y que no teníamos mucha condición, caminamos un largo rato, hasta llegar al sitio que deseábamos conocer; primero hicimos una oración para llenarnos de la energía del lugar, y ahí aprovechamos la oportunidad para fotografiar, grabar, y por supuesto para admirar el bello paisaje que teníamos ante nuestros ojos.
Vista desde el cerro de la adoración Huautla de Jiménez Oaxaca.



Ya eran las 8 de la mañana, estaba nublado todavía, sin mencionar que hacía mucho frío y las nubes eran espesas. Bajamos después de un breve descanso y de hacer nuestro trabajo, al bajar, tuvimos que ser muy cuidadosos y caminar despacio, ya que la inclinación del cerro era peligrosa.

Nuestra siguiente parada fue la casa de María Sabina (importante curandera nacida ahí); dado que ella falleció hace tiempo, la persona que nos atendió fue su bisnieto, él nos contó que su bisabuela, fue una mujer mundialmente conocida por su sabiduría en el campo de la micología, que enseño sobre el uso de los hongos a micólogos  y sobre el uso ceremonial y curativo de los hongos alucinógenos, y también contó que la visitaron grandes personajes de todas partes del planeta (Estados Unidos,Sudamérica,España,etc), mientras nos seguía contando de su bisabuela María, se pudo observar que la casa tenía varias pinturas, cuadros y fotos que sus visitantes le habían regalado a María Sabina. También nos contó, que, como llegaron a ser tantos visitantes que venían a conocerla, tuvieron que dormir en las grutas y cuevas cercanas, porque ya no había lugar para hospedarlos en el pueblo.

Terminamos la plática aproximadamente a las 11 am, tomamos un taxi que nos llevó al mercado, donde compramos cosas para desayunar, ya que teníamos mucha hambre; decidimos desayunar en la casa en la que nos hospedábamos en donde la generosa familia, nos preparó chilaquiles y café de olla.

Una vez reparadas nuestras fuerzas, caminamos de nuevo unos 20 minutos hasta el Puente de Fierro, pero antes, nos detuvimos a la mitad del camino, donde hay una casa que se dedica a hacer aguardiente de 22 y 30 grados de alcohol, después de explicarnos el proceso, nos dieron la prueba y pudimos concluir que la de 30° quemaba nuestras gargantas. Seguimos caminando hasta llegar a Puente de Fierro, vimos que el río de corriente fuerte, que llevaba a las 2 cascadas distintivas del lugar, llamadas “velo de novia” (por la forma que toman al caer), es un gran espectáculo; también hay unos puentes colgantes que ya no se utilizan, pero desde donde están, se podía apreciar totalmente la belleza natural de las cascadas, también aprovechamos esta oportunidad para grabar y fotografiar lo mágico de estás cascadas.


Cascadas conocidas con el nombre de “las regaderas”, ubicada en la carretera rumbo a Huautla de Jiménez, Oax.



Regresamos caminando y después tomamos un taxi que nos llevó a San Antonio, donde se encuentran las grutas, pero para poder visitarlas, se necesita el permiso del presidente municipal, por lo que unos fueron a buscarlo, ya que nos otorgaron el permiso, y también nos iba a llevar un guía a las 7 am del día siguiente, como nos regresábamos el domingo, no pudimos hacer ese recorrido, y perdimos la oportunidad de visitar las grutas.
Llegando a la casa donde nos hospedamos, comimos y luego empezamos a pedir “ride” para ir al cerro, pues aun queríamos ver el espectáculo que se da del atardecer y de las luces del pueblo en la noche (y aprovechando para tomar más fotos y grabar ese gran suceso).
Huautla al atardecer



 Caminamos de vuelta al pueblo, hasta que nos encontramos con un taxi que nos llevó al mercado, donde cenamos unas ricas tlayudas, y aprovechamos para comprar unos recuerdos; Llegamos a la casa como a las 9 de la noche, y luego de tomar un baño (que nos hacía falta) caímos rendidos y nos dormimos.

Amaneció lloviendo al día siguiente, y no paró hasta las 9 de la mañana, desayunamos, y aprovechamos la oportunidad para entrevistar a la dueña de la casa, sobre las tradiciones del lugar, ella nos contó cómo se hacen las bodas, los velorios de ahí y hasta nos cantó una canción de María Sabina, realmente fue asombroso.

Empezamos a despedirnos y agradecer a la humilde y generosa familia que nos hospedó en su casa, ya como a las 2:30 pm, la aventura llegaba a su fin, de nuevo fuimos a tomar el autobús de regreso a Tehuacán, durante el camino pudimos compartir nuestras experiencias de ese increíble y bello lugar que es Huautla, hasta que llegamos a Tehuacán, y nos fuimos a descansar y por supuesto a preparar el material que habíamos logrado traer de ahí para poder compartirlo después, y enseñarles que México es uno de los países más afortunados al tener tanta belleza de naturaleza, y que se puede encontrar en lugares muy cercano a nosotros, como lo acabamos de descubrir en este viaje.

Como pueden observar, hay muchas opciones para pasar un fin de semana o unas vacaciones en estas zonas que son un espectáculo, que tienen una historia importante, y además de que no van a gastar más que lo necesario, su gente, su cultura y sus tradiciones, valen la pena conocer en Huautla de Jiménez, Oaxaca.

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